En los últimas
días ha corrido un twitter sobre una posible modificación legal que abriera la
puerta a que en España pudiesen abordarse cambios en la Constitución por iniciativa
popular (voto directo, referéndum…).
Ante la
posibilidad de que esa noticia fuese cierta y de que lo que se estuviese
tramando fuera un cambio constitucional y legislativo que acotase la actividad
política como servicio público, con modificaciones drásticas en la Ley de
Partidos, limitación de sueldos, incompatibilidades, transparencia, etc., se ha
producido esta mañana una desbandada general de políticos de todos los partidos, recogida en el vídeo
de nuestro corresponsal en Laponia.
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Pasado el primer
susto, los políticos han reconocido, entre risas y sacudiéndose la nieve, que
ha sido una reacción involuntaria de pánico tonto, ya que esa modificación es
de todo punto imposible en España pues, como todos sabemos, la Constitución Española (redactada por ellos) establece muy claramente que sólo el Gobierno,
las Cortes y, con notables limitaciones, las Asambleas de las Comunidades
Autónomas (en resumen, ellos), pueden proponer cambios en nuestra
Constitución.