martes, 8 de febrero de 2011

Ya está aquí!!

Sí, señores y señoras, niños y niñas, damas y caballeros... toooooooodo tiene un final y mis "retoques" (ejem ejem) van llegando a su fin...

Ya no habrá más partylines para decidir cómo es la escalerita... porque YA HAY ESCALERITA...

¡¡¡Y qué escalera!!! estilosa, sencilla, de cortes y ángulos sin igual... en fin, qué voy a decir yo...

No os la puedo presentar todavía, tiene que ponerse de gala, pero para que vayáis abriendo boca os dejo con esta oda escaleril a cargo de Robin, the Frog, y os pongo la letra para que podáis cantarla a todo pulmón...

Halfway down the stairs is a stair where I sit.
There isn't any other stair quite like it.
I'm not at the bottom, I'm not at the top.
So this is the stair where I always stop.

Halfway up the stairs isn't up and isn't down.
It isn't in the nursery, it isn't in the town.
And all sorts of funny thoughts run round my head.
It isn't really anywhere, it's somewhere else instead.

Halfway down the stairs is a stair where I sit.
There isn't any other stair quite like it.
I'm not at the bottom, I'm not at the top.
So this is the stair where I always stop.

4 comentarios:

coca dijo...

Vamos, YA estás poniendo una foto, guapita!
Yo te dejo aquí las instrucciones para subir una escalera, de Cortázar, por si te lías:

Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se situó un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una planta baja a un primer piso.
Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie).
Llegando en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso.

paula dijo...

y yo porque ya he tenido el placer de verla (la escalera, digo), que si no también te canto las cuarenta y nada de baladitas de escalera y encima en inglés

has dejado a medio blog con la miel en los labios, que lo sepas, mona

y dicho esto, pues sí, la escalera mola mucho y más porque la ha hecho mi hermana, ea

ana dijo...

Sí, sí, la autora se merece una entrada para ella solita...

Carmiña dijo...

Coca ¿así de detallada y pedagógicamente le explicas a Guille cómo aprender a subir escaleras? Supongo que se sentará en su peldaño preferido, como el de la canción, a dormir una siestecita mientras escucha a su mamá.
¡Y yo con estos pelos, que dicen por ahì que los de mi tierra nunca se sabe si subimos o bajamos!